Con la llegada del fin de año he hecho
las típicas reflexiones transcendentales llegando a unas conclusiones
sobre lo que debo cambiar en mi vida.
Lo
primero de todo es que, finalmente, creo que Linux no va a terminar de
despegar nunca. Es una pena pero mi empecinamiento en usarlo como
Sistema Operativo de todos los cacharros de mi casa no me lleva a ningún
sitio.
Últimamente estoy un poco harto de dedicarle tiempo a Acid
Rain. Me he dado cuenta de que no disfruto cuando lo programo, creo que
ya no me gusta programar o tal vez lo que no me gusta es todo lo que
rodea a programar con QT. Por otro lado, me cuesta reconocer un punto de vista en el que he estado equivocado siempre: los derechos de autor son inalienables y no deberíamos ir descargando por ahí alegremente torrents de ningún tipo. Somos delincuentes; el emule y bitTorrent son armas del diablo. Deberían bloquear todas las comunicaciones P2P pues siempre son indicativas de un delito.
Como
consecuencia de los primeros párrafos, voy a instalar Windows 7 en
todos mis ordenadores, previo pago de las pertinentes licencias, claro, y
a tirar a la basura mi Nokia N97 para comprarme un terminal con Windows
Phone.
Voy a dedicar ese tiempo
libre en el que me gusta programar al desarrollo de plugins de Internet
Explorer en lenguaje .Net, que es una tecnología que te cagas de una
gran empresa: Microsoft, para la que espero trabajar algún día y así
poder conocer, con un poco de suerte, a Steve Ballmer o al mismísimo
Gates, mis dos grandes ídolos en el ámbito de mi mundo profesional.
Además
voy a recopilar todos los Cds y DVDs en los que tengo música y
películas grabadas, menos mal que en el fondo no son muchos, y acudiré
con ellos a la humilde central de la SGAE para que me hagan un desglose
de lo que les tengo que pagar. Estoy preparando un artículo que
publicaré en mi blog próximamente, el cual es una disculpa pública al
rey del pollo frito y a tan emblemática institución defensora de los
derechos de autor. Sabed que espero que se crujan en los tribunales a
todos esos desalmados que hacen obras teatrales benéficas sin rendirles
cuentas, así como a ese infame ayuntamiento, cuyo nombre no quiero
recordar, de unos pocos habitantes que debe más de 3000 € por
representaciones musicales. No me importa que sea más de su presupuesto
anual: a la cárcel su alcalde y que conviertan esa población en una gran
pira para ejemplificar con el castigo.
Esto
es más personal, hace meses que no me siento atraído por ninguna mujer,
simplemente no me fijo en ellas aunque espero que se me pase. De todos
modos, creo que los fines de semana me voy a prohibir programar, pasaré
noches de marcha en el Venial y dejaré el ciclismo de montaña para
apuntarme a algún gimansio. Peregrinaré todos los años al menos una vez
al barrio de Chueca en Madrid.
Alonso
es un moñas y el Valencia CF un equipo de gallinas con sangre de
horchata. Lewis Hamilton es lo mejor que le ha pasado a la Fórmula 1 en
los últimos años y ardo en deseos de que mi nuevo equipo, el Real
Madrid, monte una escudería con Lewis como piloto número 1 de unos
bellos bólidos blancos. Reconocedlo Cristiano es un crack y Mourinho una
gran persona.
En fin, espero que como mucho no os hayáis creído más allá del segundo párrafo. ¡Feliz día de los inocentes!









No
me esperaba que nos dejases hoy. No sé, ayer cuando te vi pensé que te
pondrías bien, incluso me dijeron esta mañana que estabas un poco mejor.
Todo marchaba bien con 

Hay que reconocerlo: crear archivos ditribuibles para Linux es un
auténtico infierno. Además, como no, seremos víctimas de una nueva
lucha de estándares rpm vs deb. Esto hace que sea bastante tentador
distribuir simplemente el código fuente y desear suerte a los usuarios
con la compilación, aunque de esta manera no llegaremos a los menos
aventajados. También es cierto que distribuyendo el fuente no tardarán
en aparecer voluntarios que crearán paquetes para determinadas
distribuciones pero de esa manera perderemos el control de nuestro
software. De modo que, si queremos enfrentarnos a este problema, parece
que sólo hay unas pocas soluciones: o bien encontrar un software que
nos cree un instalable independiente de la distribución o tratar de
llegar a la máxima cantidad de usuarios creando rpms y debs para las
mayores distribuciones. Este artículo se centrará en el segundo enfoque.
Open Suse Build Service (OBS) es, como su nombre indica, un
servicio de construcción de paquetes binarios para las mayores
distribuciones de Linux, incluyendo Ubuntu, Open Suse, Fedora, CentOs,
Mandriva y alguna que otra más. Además de la creación de paquetes, pone a
nuestra disposición los correspondientes repositorios de descarga para
que puedan ser distribuidos a todo el mundo bien directamente, enlazando
desde nuestra propia web si disponemos de ella, desde sitios capaces de
integrar el servicio como kde-apps.org o desde el propio lugar
habilitado por Open Suse para ello.





















